Brujos de Odelot
de la magia del arte al arte de la magia
Hace muchos años que los brujos de Odelot se conjuraron para aventar magia desde el Laberinto de piedra y sombra, a usar el arte como medicina social para la gente y como arma poderosa contra quienes la pretenden controlar y explotar.
Parece ser que uno de sus fines primordiales es hacer Magia. Sí, como lo oyen, hacer Magia con el Arte ¿Sabían Uds. que no se corre ningún peligro?
De unos días a esta parte comienza a hablarse de ellos. Opiniones las hay para todos los gustos: que si son una pandilla de chalados, que si van de provocadores por la vida … A algunos más atrevidos les da por especular con teorías sobre sus ritos mágicos y culto a seres innombrables en el Toledo subterráneo.
Según ellos, nadie se acerca tanto al tema como para comprender que corre el año del ¨Doble infinito¨. 1988 es un reto para este grupo de artistas e intelectuales que forman el movimiento cultural, llamado por ellos, ¨La Conjura de Odelot¨.
Elevar lo mágico a categoría estética es uno de sus fines. Todo ello en una ciudad que vende su imagen al exterior como museo. A partir de ahora sus batallas pretenden despertar inquietudes dormidas y crear de nuevo un Toledo vivo y creativo. Este es su manifiesto de intenciones.
Pasen y lean … … …
Tras varios siglos de silencio actuando en la sombra, la estirpe de los brujos ha decidido mostrar su rostro al poder.
A partir de este momento contrarrestaremos sus abusos con nuestros procederes mágico-nigromantes habituales, alternándolos con un arma de manifiesta eficacia en esta época: el arte
No un arte concebido como un fin en sí mismo (el arte es efímero, el poder es efímero, el arte es eterno, el poder no lo es); un arte como medio de expresión del pensamiento, no relegado a reflejar los cambios sociales, sino capaz de provocarlos.
El arte actual no sirve para nuestros fines. Está en crisis, enfermo: adolece de ¨vanguarditis¨, estúpido tumor que le obliga a ofertar, por metástasis contínua, novedades que rompan las formas anteriores en favor de otras que, a su vez, caducan en espacios ridículos de tiempo. La agresividad del consumismo reinante ha elevado lo nuevo a categoría estética sin preocuparse de otra cosa que no sea vender. Pero ya no se ¨venden¨ ideas, ni se transmiten formas de entender el mundo: se venden cuadros, esculturas, escritos, en tanto objetos que son susceptibles de especulación-negocio. No se critica, ni se piensa, ni se vive…¡¡se vende!!. Y se venden, también, los artistas, entrando en el juego. ¡Fueron más libres en la época de los mecenas, que ahora con las ¨multinacionales¨.
Y se vende la sociedad-público comprando ¨arte¨ como si fuera género de tienda.
El grado de prostitución del arte actual bien puede medirse con la inusitada-estúpida aceptación que tienen los -tan de moda- ¨supermercados de arte¨. Al paso que vamos no será extraño ver una pila de cuadros entre cajones de nueces y pipas de calabaza. Y lo triste es que sus compradores siempre sacarán ¨más provecho¨ de los frutos.
La diferencia entre el ser humano y el mono no estriba, desde luego, en quitarle la cáscara a una nuez y comerse lo de dentro (función que, por cierto, realiza mejor el mono), sino en saber distinguir ante una obra de arte, cuál es la forma-cáscara y cuál el contenido que debe nutrirle.
Pero como la sociedad-público no siempre sabe distinguirlos se está convirtiendo en el reino de Midas vendiendo cáscaras a granel, el panorama actual del arte se adivina como un laberinto sin salida con minitauro mercantil que, para colmo, hay que recorrer a gran velocidad y en el que la originalidad consiste en saber repetirse en el momento oportuno, pues en el terreno formal ya ¨vale¨ todo y en el conceptual no se dice nada nuevo.
Los brujos obviamos el ¨escaparatismo folklórico-estético¨. El arte es para nosotros un lenguaje del que nos vamos a servir para acercarnos por primera vez al pueblo, haciéndole partícipe de nuestra visión del mundo con crítica social, de nuestra ¨batalla¨ contra el poder.
Los ángeles exterminadores de la guerra, el hambre, la droga, la opresión… poseen una fuerza infinitamente mayor en este siglo que en los anteriores. Ello nos obliga a salir a la luz y a buscar el apoyo de la gente. No somos artistas, somos brujos y, aunque una virtud no excluye a la otra, no buscamos a personas entrenadas en técnicas artísticas sino a aquellas dotadas de sentido crítico y rebeldes ante lo injusto. Antes preferimos a un torpe con empuje que a un virtuoso decorativo.
Importa lo que se dice, no tanto el cómo se dice.
Cada persona ha de crear su propio lenguaje: aquel con el que expresa mejor sus ideas. Y este lenguaje no tiene por qué limitarse a un único campo expresivo.
En un tiempo donde las ciencias tienden a dividirse y el nivel de especialización merma la visión integral del mundo, las artes deben integrarse y sus practicantes moverse libremente entre las imágenes, el sonido, el espacio, el movimiento….
Nos vemos en la necesidad de iniciar una revolución cultural dado que, salvo raras excepciones que intentaremos acercar a nuestra causa, el ¨retablo-panorama¨ artístico actual se resume en dos tendencias: una formal-figurativa, en la que se prima más la forma que el contenido, la técnica más que el concepto; y otra informal-abstracta que, pese a haber vencido en su lucha contra la absurda-estéril imitación de la naturaleza, desde su ilegibilidad trasnochada cae sin remedio en el más puro decorativismo.
Nosotros, los brujos, poseemos la sabiduría y la expresamos de forma directa y sencilla. Recuperaremos los sortilegios de nuestros antepasados primitivos, cuando utilizaban lo que hoy se llama ¨arte¨ en sus ritos o prácticas mágicas.
En la prehistoria solo los brujos pintaban y dirigían los cantos y danzas. Arte y magia eran la misma cosa, un arma poderosa que hemos utilizado a lo largo del tiempo para beneficio del pueblo, de los humildes.
Nos hemos manifestado, a veces, de forma encubierta, utilizando claves y dobles lecturas, como lo hicieron nuestros hermanos brujos ¨el Bosco¨ y ¨Goya¨ o ¨Quevedo¨, ¨Larra¨ y ¨Valle-Inclán¨ en momentos históricos de elevada presión política, militar o religiosa siempre.
Los brujos denunciaremos los abusos del poder de forma directa o indirecta, dependiendo del lugar en el que estemos y la libertad de expresión del mismo -no queremos ser quemados otra vez-. Hace mucho tiempo descubrimos que el sarcasmo posibilita la crítica social sin atravesarse en los colmillos de los dictadores. También aprendimos a doblegar a los poderosos (siempre son débiles por soberbia y envanecimiento), práctica siempre preferible a la de exterminarlos con nuestros maleficios.
Somos ángeles anunciadores positivos pero, si nos obligan, actuaremos contundentemente en casos de extrema necesidad, como lo hicimos en la antigua Babilonia, en Egipto, en Roma y en tantas otras civilizaciones antiguas y modernas de gran explendor, en las que las garras del poder se envenenaron y los fuertes se ensañaron con los débiles.
Nosotros no toleramos abusos de fuerza, y las estrellas nos advierten de graves peligros venideros que habremos de combatir como jamás lo hemos hecho. Nunca hemos dejado de juzgar y aprender del juego de la Historia y estamos preparados.
Ha llegado el momento de hacer la gran apuesta, de liberar la batalla definitiva.
Por eso hemos elegido Toledo-Odelot como cuartel, la ciudad mágica cómplice y testigo de nuestro máximo poderío que luego se convirtió, aparentemente, en nuestro propio patíbulo.
En Toledo sufrimos incomprensión, calumnias, persecución y tortura. Aquí pareció a los profanos que aniquilaban nuestra estirpe. No fue así.
La ciudad, Toledo-Odelot, está en deuda con nosotros. No vengaremos a nuestros antepasados, pero continuaremos su obra, caiga quien caiga.
Ya hemos recuperado el Toledo subterráneo, las cuevas que nuestros predecesores medievales dejaron a la custodia de ratas encantadas.
Ahora comienza la lucha en la calle. Inquietante para quienes sólo nos hemos movido en la sombra. Resulta un desafío apasionantemente translúcido.
Aparecemos en una ciudad que hoy vende al mundo su imágen ¿ficticia? de tolerancia, cantando a todos los vientos que en ella ¨las tres culturas monoteístas¨ que han controlado-oprimido al mundo, mantuvieron la más ejemplar de las convivencias.
Vamos a poner a prueba la verdad de su famosa ¨tolerancia¨ con el mundo entero por testigo y el pasado como referencia.
Ahí está. No la verán todos los ojos, pero ahí está: una inmensa luna negra en la noche-día de Odelot-Toledo… Un agujero en el tiempo que nunca volverá a cerrarse.
Odelot 28 de febrero de 1988
(Año del Doble Infinito)